29 de noviembre de 2009

La Gárgola pt.2


Por la mañana, el ruido del tráfico, el desorden típico de su hogar y su estomago vacío relajaron a nuestro protagonista, además esa mañana tenia una "invitada".
Preparó el desayuno, un par de tostadas con mantequilla y mermelada acompañadas de un vaso de zumo de naranja exprimida. Para su sorpresa la chica se acababa de despertar con tanta tranquilidad que hasta parecía que se conocieran de toda la vida.
-Emm, hola me llamo David pero todos me llaman Church y bueno... supongo que tendrás muchas preguntas.
-Hola David, mi nombre es Susan, ¿Eres tu quien me ha recogido?
-Emm, si... ¿no te parece extraño?
-No, la verdad te lo agradezco mucho y si hasta me has hecho el desayuno, eres tan amable, muchas gracias David.
-Si bueno... de nada.
Susan y Church empezaron a hablar sobre sus vidas mientras desayunaban, Church entonces, aunque aun nervioso, decidió ignorar todo lo sucedido anoche y se volcó a disfrutar de la conversación con Susan, la cual cada vez le interesaba mas, sentimiento que se notaba que era recíproco. Church le habló de sus proyectos, de su disco y de que tiene problemas para distribuirlo y que debido a ello no gana mucho dinero excusándose así del desorden de su casa y su vida, pero entonces Susan contestó explicándole que tenia un amigo que era gerente de una discográfica y que no le importaría enseñarle su disco y si es medianamente bueno, distribuirlo.
-¿En serio? ¿Harías eso por mi? pero si ni me conoces, dijo Church
-Tranqui, consideralo mi forma de agradecerte lo que hicisteis por mi anoche, le contesto Susan mientras le guiñaba el ojo.
Una vez acabaron de desayunar, Susan le explicó que tenia que ir a trabajar ahora, que le enseñaría el disco a su amigo por la tarde y que le llamaría a la noche. Entonces Church se despidió de ella y ella hizo lo mismo pero con un besito en la mejilla, Church se quedo petrificado y emocionado durante un instante y a medida que ella cerraba la puerta para irse, el simple recuerdo del tacto de sus labios en su mejilla le producía un profundo placer como nunca antes lo había sentido.
Al caer la noche, Church no bajó al bar prefirió quedarse en casa esperando la llamada de Susan, no antes de las 23:00 escucho el timbre, pero para su sorpresa no era el de su teléfono sino el de su puerta y al abrirla la sorpresa fue mayor al ver del otro lado a Susan con un par de maletas de viaje, tanta fue la impresión que Church no dijo nada, siendo ella la primera en articular palabra.
-Esto... mi compañera ha decidido irse a vivir con su novio y yo les deje el piso y había pensado que tal vez podría quedarme aquí.
-Claro que si no te preocupes, quedate el tiempo que necesites.
Y así fue, ella llego a su casa y se quedó, se enamoraron, al amigo distribuidor le encanto el disco y Church se convirtió en un artista tal y como siempre había soñado. Después de una horrible noche, el sol había amanecido al día siguiente para Church, ahora tenia dinero, su sueño realizado, estaba casado con una mujer bellisima que solo le trajo gloria a su vida.
Los años pasaron y su felicidad juntos no se veía mermada, se cambiaron de casa, se cambiaron de vida, tenían nuevos y mejores amigos y todo recuerdo horrible del pasado se evaporo, eran felices verdaderamente felices y Church no podía creer como había tenido tanta suerte.
Un día, Church reflexionando sobre su pasado se acordó del día en que conoció a Susan, tranquilo y feliz y lejos de su antigua vida decidió hablar con Susan de ello.
-Cariño, nunca te hable del día que te encontré y nos conocimos.
-Mi amor, fue el día mas feliz de mi vida, no sabes lo que fue para mi levantarme en la cama de un desconocido tan amable y bueno como tú, me basto eso para saber que seria tuya siempre.
-No mi amor, me refiero a lo que me paso aquella noche. Me paso algo horrible pero que el destino supo recompensarme contigo al instante.
-Cariño, en serio no quiero saberlo ahora lo que me importa es que estamos juntos y todo nos va de maravilla juntos, anda olvida el tema.
-No quiero que haya secretos entre nosotros, así que te lo contaré. Tal vez pienses que estoy loco pero te juro que es verdad. Aquella noche al salir del bar vi a una horrible criatura matando y mutilando a unas personas, era horrenda y me dijo que si jamás contaba a nadie sobre su existencia que me personaría la vida y justo después de irse, te encontré a ti, fue cuando decidí llevarte rápidamente a mi casa por si aquel horrible ser volvía y te mataba.
Susan se quedo boquiabierta y empezó a llorar sin consuelo.
-No llores cariño, todo aquello ya paso hace mucho tiempo.
-Lo prometiste, dijo Susan llorando
-¿Que?, respondió Church
-Prometiste no contarlo nunca, nunca, nunca...
La piel y la carne de Susan se rasgaban poco a poco mutando y tornándose a un color mas grisáceo, a la vez que de su espalda salían unas enormes alas... hasta que finalmente su rostro hermoso se tornó a uno horrendo.
-No, Susan, no es posible, yo te quería, dijo Church impresionado.
-Y yo te quería a ti, te amaba con todas mis fuerzas, daría mi vida por ti pero no has cumplido tu promesa y aunque me duela en el alma debo hacerlo, le contesto el monstruo.
-Yo te quiero, te amo Susan, repetía Church ofuscado.
-Y yo a ti, jamás te olvidaré, siempre serás el amor de mi vida, te querré siempre.
Acto seguido, la criatura le arranco de un zarpazo la cabeza a Church, se comió y despedazo todo su ser y gritando se fue volando del edificio dejando un gran rastro de destrucción y sangre tras de sí. Voló gritando en la fría noche y se poso en lo alto de una iglesia de estilo gótico donde se petrifico con una pose fría e indiferente para siempre.

2 comentarios:

  1. WOW, que loco, si hubiera cumplido su promesa... su vida hubiera sido perfecta por mas tiempo, esta historia tiene buena moraleja: "una promesa es una promesa y mantenerla es mas importante que la vida misma"

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  2. Joder, Cort has pillado la moraleja de maravilla, bien hecho :D

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